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2019-2021

Mirem ferro, veiem maó

Arquitectos

UTE Camp del Ferro Aia, Bb, Gg

Fotografías

UTE Camp del Ferro, Héctor Milla, José Hevia y Simón García

Fin de obra

2020

Fabricante

Se trata de un pabellón polideportivo con certificación LEED Gold como resultado de un concurso promovido por el Ayuntamiento de Barcelona.

La gran volumetría de 7.166 m2 construida que el extenso programa genera, en relación a la reducida magnitud del solar y la densidad de la edificación próxima, se plantea enterrar una parte importante del complejo deportivo asegurando la buena iluminación y ventilación natural, así como el cómo acceso y evacuación de las partes inferiores.

Con esta solución, aparte de reducir el impacto visual y obtener ganancias energéticas gracias a la disminución de sus superficies expuestas, permite adquirir mayor espacio público urbano. Además, al desplazar la edificación respeto la alineación del vial, se garantiza una plaza libre que resuelve el acceso, generando un espacio público que actúa como foyer urbano del complejo y mejora notablemente la integración del edificio en su entorno. Se traslada el exterior de la plaza al interior de la gradería sobre la pista principal, haciendo desaparecer la sensación subterránea de esta. Del mismo modo, se propone una cubierta única para la edificación, formada por unas sutiles bóvedas invertidas que se manifiesten en fachada y se enlazan de manera no directa con la presencia de las cubiertas vecinas.

El diseño innovador de una pieza ladrillo-celosía creado por nuestro equipo exclusivamente para esta obra, con más de 25.000 unidades fabricadas, es el protagonista del edificio, y es que el sistema constructivo propuesto nace de la recuperación de la memoria de tradiciones constructivas locales basadas en la cerámica de principios del siglo XX. El resultado es un edificio pensado para su utilización, donde los materiales se muestran tal como son. Estos mismos materiales se van repitiendo en todos los espacios del complejo, generando sensación de conjunto, a pesar de que cada uno de ellos se pueda interpretar de manera individual, son los materiales sobre los cuales el edificio se reconoce. En la piel, la cerámica se adapta a las diferentes necesidades y orientaciones de las fachadas. En todas ellas, se alternan vacíos y plenos, partes opacas y traslúcidas de diferentes maneras. Las partes opacas vibran con la utilización de diferentes texturas y colores de cerámica de forma que se descompone el conjunto, a la vez que se controla la luz natural que baña todo su interior, dando una imagen de edificio y materialidad singular.

más obras

Ladrillo no residencial

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UTE Camp del Ferro Aia, Bb, Gg

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UTE Camp del Ferro, Héctor Milla, José Hevia y Simón García

Fin de obra

2020

Fabricante

Se trata de un pabellón polideportivo con certificación LEED Gold como resultado de un concurso promovido por el Ayuntamiento de Barcelona.

La gran volumetría de 7.166 m2 construida que el extenso programa genera, en relación a la reducida magnitud del solar y la densidad de la edificación próxima, se plantea enterrar una parte importante del complejo deportivo asegurando la buena iluminación y ventilación natural, así como el cómo acceso y evacuación de las partes inferiores.

Con esta solución, aparte de reducir el impacto visual y obtener ganancias energéticas gracias a la disminución de sus superficies expuestas, permite adquirir mayor espacio público urbano. Además, al desplazar la edificación respeto la alineación del vial, se garantiza una plaza libre que resuelve el acceso, generando un espacio público que actúa como foyer urbano del complejo y mejora notablemente la integración del edificio en su entorno. Se traslada el exterior de la plaza al interior de la gradería sobre la pista principal, haciendo desaparecer la sensación subterránea de esta. Del mismo modo, se propone una cubierta única para la edificación, formada por unas sutiles bóvedas invertidas que se manifiesten en fachada y se enlazan de manera no directa con la presencia de las cubiertas vecinas.

El diseño innovador de una pieza ladrillo-celosía creado por nuestro equipo exclusivamente para esta obra, con más de 25.000 unidades fabricadas, es el protagonista del edificio, y es que el sistema constructivo propuesto nace de la recuperación de la memoria de tradiciones constructivas locales basadas en la cerámica de principios del siglo XX. El resultado es un edificio pensado para su utilización, donde los materiales se muestran tal como son. Estos mismos materiales se van repitiendo en todos los espacios del complejo, generando sensación de conjunto, a pesar de que cada uno de ellos se pueda interpretar de manera individual, son los materiales sobre los cuales el edificio se reconoce. En la piel, la cerámica se adapta a las diferentes necesidades y orientaciones de las fachadas. En todas ellas, se alternan vacíos y plenos, partes opacas y traslúcidas de diferentes maneras. Las partes opacas vibran con la utilización de diferentes texturas y colores de cerámica de forma que se descompone el conjunto, a la vez que se controla la luz natural que baña todo su interior, dando una imagen de edificio y materialidad singular.

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